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PRESIDENTE

ERNESTO SAMPER PIZANO

37º PRESIDENTE DE COLOMBIA

BIOGRAFIA

A nadie lo preparan para ser presidente, afirma Ernesto Samper cada que le preguntan de su rol como mandatario. Sin embargo, desde que era adolescente se imaginó llegar a la Casa de Nariño. Todo sucedió en la famosa Carrera Séptima de Bogotá, su ciudad natal, cuando vio en el balcón al presidente de la época. Parecía un pensamiento momentáneo “algún día estaré allá”, pero fue verdad. Llegó a esa Casa que un día vio como un sueño y que se hizo realidad el 7 de agosto de 1994 con el Tiempo de la Gente.
Desde pequeño quería cambiar el mundo. Samper nació en una familia de clase media y Helena Pizano, su madre, siempre le inculcó a él y a sus hermanos el trabajo por la gente. Ella lo hacía desde las aulas de clase, era una maestra que, junto a su esposo Andrés Samper, pionero de las relaciones públicas en Colombia, sacaron adelante 5 hijos. Ernesto Samper, en la familia, el colegio y la universidad era reconocido por liderar espacios de discusiones políticas y ayudas sociales.
Este reconocimiento lo trasladó al trabajo público y se convirtió en un gran político rápidamente.En menos de 10 años ocupó cargos como: concejal, diputado, senador y presidente de la república. Sus logros se deben a la gente, él y su don de escucha lo llevaron a ser exitoso. Samper siempre dice que “todos merecemos ser escuchados porque tenemos una realidad distinta que contar”. A hoy, cuando ya logró lo que cualquier político quisiera, él sigue dedicando sus días a escuchar a la gente y trabajar por cambiar sus realidades.

Ernesto Samper es un ser humano sensible, coherente y leal. Estas características le han permitido llevar a cabo un proyecto político de más de 40 años basado en las causas sociales, la paz y la integración regional. Aunque, hace 35 años la violencia dejó su vida en cuidados intensivos después de recibir 13 disparos, en su mente no hubo un mínimo de rencor, al contrario, parece que le dio más fuerzas para trabajar por una Colombia en paz. La vida le dio una oportunidad más y él se la dio al país: cinco años después llegó a gobernar el tiempo de la gente. 

La sensibilidad personal de Ernesto Samper, que se refleja en su trato amable y humano con todas las personas que lo
rodean, se tradujo en su rol como presidente de República en el que desde la política social y económica construyó condiciones más justas y dignas para la vida de la gente. Con el “Salto Social”, el presidente de la gente creó el Plante, el Sisbén, la Ley de desplazados, las Zonas de Reserva Campesina, la Ley 70 de Comunidades Negras,
la Red de Solidaridad Social, el Ministerio de la paz, al que llamó el Ministerio de Cultura y por supuesto la Prima Samper para los maestros

Esta última política social es un legado de Helena Pizano, la madre y maestra de muchos quien no solo le enseñó de sensibilidad y humor, si no que también le permitió reconocer el valor de esa labor de quienes educan el futuro del país: la prima Samper fue una oportunidad de crecimiento para las familias de docentes.

Ser disciplinado, ñoño, juicioso lo llevó a convertirse en un intelectual no sólo de su época
sino en la actualidad. Ahora es consultado por académicos, presidentes y políticos nacionales
e internacionales. Se convirtió en un líder referente para América Latina y el Caribe.

Para Samper las fronteras no son un límite cuando de derechos humanos se trata. Si hablamos
de Colombia, desde su presidencia descentralizó el Gobierno y llegó con infraestructura
y desarrollo social a todas las regiones. Hizo de la paz una política de Estado para que existieran responsables de conseguirla y que tuviera un apellido: PAZ TERRITORIAL, una paz para la gente. Logró también iniciar el proceso de humanización del conflicto colombiano a través de la incorporación del Derecho Internacional Humanitario en la Constitución del país, para traerle alivio a la población civil que es siempre la más afectada por el conflicto armado.

Si nos vamos a nivel regional, Samper lleva más de 20 años trabajando para que los latinoamericanos
nos sintamos orgullosos de serlo y tengamos derecho a tener derechos
en cualquier país de nuestra región. Que exista una ciudadanía suramericana que nos permita recorrer la región sin límites. Sí, las fronteras le quedaron pequeñas para su sueño de región, la integración es su propósito.

Ernesto Samper es uno de los líderes regionales que más ha logrado fortalecer la integración desde uno de los mecanismos creados para ese fin: Unasur, en el que trabajó en tres agendas; una política, una económica y una social. Samper fue su último secretario y los líderes de la región afirman que Unasur es el experimento más completo en los últimos años porque tenía dos niveles de integración: político y sectorial.

Después de caminar su país y observar con los mismos ojos y deseos que un día miró ese balcón en Bogotá, hoy ve los frutos de su trabajo. A sus nietos con quien le encanta
“abueliar” les puede contar que en su gobierno dejó una caja de herramientas para la paz que hoy le permite a Colombia hablar de salidas negociadas al conflicto.
También que con el Sisbén más de 22 millones de colombianos obtuvieron mayores y mejores servicios en salud, saneamiento básico y educación y que con la Red
de Solidaridad Social cubrió los servicios básicos de cerca de 3 millones de pobres en diferentes departamentos.

Ahora junto a un equipo joven y diverso que lo admira por su legado y trayectoria, recorre los caminos de la paz territorial e integración regional desde sus Fundación Vivamos Humanos
y la Corporación Escenarios, en las que con ojos de una nueva generación le aportan a Samper para continuar la construcción de un mejor país y una región unida.